El autor Edson Lechuga,
que acaba de publicar su segunda novela "Gotas de mercurio" (co-edición
Montesinos y Colofón) comenta hoy el tema de la literatura y la
sexualidad en el marco de los ultimos días de la exposición "Realidades y
deseos" de la fotógrafa mexicana Susana Casarin.
"APUNTES SOBRE LITERATURA Y OTRAS SEXUALIDADES
Por: Edson lechuga
¿Existe diferencia real entre la literatura femenina y la masculina?
Si esto fuera cierto deberíamos entonces poner sobre la mesa también, y
al menos, la literatura homosexual y la literatura bisexual; para no
entrar en terrenos sensitivo/literarios como la literatura transexual o
la literatura travestida.
Comienzo así porque considero que si
esto es cierto (yo no lo sé) tal diferencia radica exclusivamente en la
sensibilidad con la que un escritor se relaciona con su contexto y en
consecuencia con su texto. Y no solo en el uso de las herramientas, de
los conocimientos, sino también en la apreciación de la realidad.
Nuestra sexualidad es el cristal a través del cual no solo miramos sino
leemos la vida. Por lo tanto y en consecuencia, nuestra sexualidad debe
ser el cristal a través del cual escribimos la vida.
Un ejercicio
interesante consistiría en leer algunos textos sin saber por quién
fueron escritos y preguntarnos primero si se trata de un hombre o de una
mujer; o de un hombre que escribe como mujer o de una mujer que escribe
como hombre; o de un hombre que quiere ser mujer o de una mujer que
quiere ser hombre.
Lo cierto es que, a mi juicio, no es
importante entender o construir una Literatura Gay como género o
corriente o lo que fuere. Así como no es importante precisar una
literatura masculina o femenina. Ya que la literatura antes de tener
sexualidad tiene creatividad, y ésta no está vetada a nadie. En todo
caso me parece más apropiado intentar un acercamiento al material
narrativo de los textos literarios en la intención de descubrir aquella
sensibilidad de la que hablé al inicio de este texto.
Quiero
decir que la creatividad requiere de todas las sexualidades que se
acumulan en nosotros como individuos. Es decir, requiere toda nuestra
sensualidad, nuestra libertad, nuestra empatía nuestros deseos más
escondidos, reprimidos, perversos, concupiscentes, lascivos. Hacer
literatura es hacer uso de la seducción en todas sus formas, incluso la
seducción que miente, que engaña o que hiere.
No quiero decir
con esto que la literatura gay o lésbica no debe ocupar un lugar dentro
de la Literatura, sino que el espacio debería de ser acotado por otras
características diferentes a las de la sexualidad de su autor o de sus
personajes. En esta charla, por ejemplo, nos ocupa el tema porque
estamos partiendo de la sexualidad y abordando el tema de lo literario,
pero hacer el camino inverso no tendría sentido.
Ir de lo lésbico-homosexual a lo literario persigue un propósito.
Ir de lo literario a lo lésbico-homosexual, no.
Sin embargo la sensibilidad con la que se escribe un texto delimita o
propone una anatomía determinada para el texto. Pero tengamos claro que
una cosa es la sensibilidad desde donde se escribe y otra es el tema. Y
partiendo de estas dos figuras podemos plantear cuatro combinaciones
posibles:
Sensibilidad homosexual escribiendo temas homosexuales.
Sensibilidad homosexual escribiendo temas heterosexuales.
Sensibilidad heterosexual escribiendo temas heterosexuales.
Sensibilidad heterosexual escribiendo temas homosexuales.
Si atendemos a la exposición del inicio de este texto, entonces
podríamos concluir que las características de dichas combinaciones
prevalecerá el rumor de la sexualidad del autor, sea cual sea el tema
que aborda.
Me explico:
En el ejercicio de escribir, el autor
realiza un proceso de indagación interna hasta que localiza o tropieza
con algún tema que lo conmueve y lo trasciende, y que (quizá) ni él
mismo era consciente de esto. A partir de este material el autor busca
una historia que sea capaz de soportar dicho discurso.
Así
pues, podríamos decir que por un lado la sensibilidad sexual y sensual
del autor debe, en el mejor de los casos, provenir de este ejercicio de
indagación; y por el otro, el tema puede ser elegido.
Esto nos lleva
a concluir, más o menos, que un autor heterosexual sería incapaz de
escribir una novela gay si no recurre a su propia sensibilidad
homosexualidad. Y recurrir a nuestra homosexualidad o lesbiandad o
cualquier otra forma de sexualidad no es otra cosa que un ejercicio de
búsqueda hasta ser capaces de comprender la realidad para opinar ética y
estéticamente sobre ella desde un significado distinto a lo que somos;
o creemos que somos;
o nos han dicho que somos.
Esta sensibilidad de la que hablo repercute en todo el tratamiento de
una obra, en su estructura, en su voz, en su tono, en su manufactura, en
su ritmo, en el uso del tiempo y hasta en la percepción del espacio.
Ahí y solo ahí, podríamos hallar la diferencia."
Edson Lechuga
Presentación de la muestra “Realidades y deseos” de Susana Casarin por Marie-Pierre Teuler, presidenta de La Senda del Jaguar y curadora de la exposición
Bienvenidos y gracias por venir. Gracias a Itzel Villa y a La Lottería por invitarnos a exponer la obra de Susana Casarin en este espacio tan bonito.
Susana Casarin es una reconocida fotógrafa mexicana que ha participado en exposiciones individuales y colectivas, en varios países del mundo. Ha ganado varios premios y becas, y su obra forma parte de colecciones fotográficas privadas y publicas.
Empezó a trabajar en el proyecto “Realidades y deseos” en el año 2007, que fue cuando conoció a Cynthia, una travestí, en una cantina de Veracruz.
Cynthia y el medidor |
Quedó fascinada con ella, y creo que Cynthia también quedó fascinada con Susana. Como Susana visitaba a menudo Veracruz para trabajar, se volvieron a ver varias veces y con el tiempo se hicieron amigas. Desde el principio, la idea de Susana era de retratar a Cynthia en su vida cotidiana, lejos de las lentejuelas y de las plumas que para mucha gente, simbolizan a los travestís. El trabajo de Susana se basa en dos conceptos fundamentales: el respeto y la confianza. Y eso se nota en las fotos que toma, en sus encuadres y en la actitud de los personajes. Luego, Susana conoció a Erica en Netzahualcóyotl y a Agustín en Ecatepec, y poco a poco el proyecto se fue desarrollando.
Me gustaría presentarles brevemente a las tres protagonistas de esta exposición. Empiezo con Cynthia. Su madre era prostituta y nunca conoció a su padre. La crió su abuela. Cynthia no acabó la primaria. Trabaja en cantinas del pueblo como mesera y se prostituye ocasionalmente. Vive su vida vestida de mujer, incluso va así a la iglesia, y nadie le dice nada en su pequeño pueblo donde todos la conocen.
Erica es la única transexual de las tres. Le encanta la lectura y era profesor de educación física en una escuela.
Erica y los bibelots |
Sus alumnos y los padres de familia lo apreciaban mucho. Inicio un tratamiento hormonal porque se sentía “mujer dentro de un cuerpo de hombre”, y eso ya no lo aguantaba. Pero cuando su cuerpo empezó a cambiar, las autoridades de la escuela le dijeron que si quería seguir trabajando, tenía que hacerlo como hombre y no como mujer. Erica prefirió renunciar para no afectar a sus alumnos. Después, para ganarse la vida se prostituyó, pero como redacta muy bien, Susana la puso en contacto con diferentes periódicos, y ahora de vez en cuando escribe artículos sobre el tema trans.
Agustín es una travestí. Como Erica, es una persona preparada. Fue director de centros de atención especial para niños con problemas de aprendizaje. Tiene una hija.
Agustín |
Un día fue al ministerio público para pedir papeles y al salir, lo agarraron los agentes, y lo llevaron al área de detenciones y ahí lo golpearon muy duro hasta que perdió el conocimiento. En otra ocasión, Agustín fue convocado a una reunión en educación en el Palacio de Gobierno, pero los policías estatales lo arrestaron sin explicaciones. Durante el trayecto, lo golpearon, lo amenazaron y llegando a la cárcel, Agustín se dio cuenta de que las puertas de todas las celdas estaban abiertas. Los presos le empezaron a agredir, a darle golpes y patadas, a insultarle. Luego, le violaron. Agustín se “sentía como que se iba partiendo en pedacitos”. Un preso que no había participado en esa barbarie le prestó una tarjeta telefónica para que hablara a su casa porque nadie sabía donde estaba. Vino su hermana a pagar la fianza y lo dejaron salir. Después de esta pesadilla en la cual casi perdió la vida, Agustín decidió pedir asilo humanitario a EEUU por razones de acoso, discriminación, homofobia y violación. Vive ahora en San Diego, California.
Algunos detalles sobre las tres otras chicas de la exposición que son amigas de las protagonistas. Aquí tenemos a Kimberly que tiene un salón de belleza. Allí esta Ana Fernanda que es muy joven y que todavía estudia en la preparatoria. La última foto es la de Lenny. Ella se prostituía y no usaba condón. Murió del sida el año pasado.
Kimberly |
Ana Fernanda a sus 15 años |
Lenny en la cantina "Mi Arbolito" |
Así pues, en su proyecto “Realidades y deseos” Susana Casarin representa a seis personas con destinos bastante diferentes pero que tienen una misma inquietud: expresar su feminidad porque se sienten mujer en su ser más profundo.
Antes de terminar, quiero mencionar que el 10 de marzo en México, torturaron y asesinaron a la activista trans Agnés Torres. Fue un crimen de odio. Cuando en un país se mata a la gente por razones de género, de sexualidad, de etnia, de ideología, de religión, etc., y que los crímenes quedan impunes, eso significa que no hay democracia.
Como pueden apreciar, las fotos de Susana son muy buenas: incluso me hacen pensar en pinturas de Hopper. Pero más allá de su fuerza estética, nos hablan de tolerancia, de dignidad y de derechos humanos.
Marie-Pierre Teuler
Presidenta de La Senda del Jaguar y curadora de la exposición
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